El poder presencial de la acción inmóvil.
“Usted puede estar sentado sin moverse y al mismo tiempo, estar en plena acción… la inmovilidad física es frecuentemente el resultado de la intensidad interna.” (STANISLASKVI; 1963: 7)
Quizás sean estas palabras las que mejor expresan mi percepción, de lo que significa y representa la acciones en general, en el mi lugar de observación. Creo que es fundamental entender y rescatar a su vez, la importancia y la relevancia que tienen todas aquellas acciones que se hacen desde la quietud, desde el no desplazamiento, desde una inmovilidad que a primera vista pareciese ser completa, pero, que si se observa adecuadamente, podría llegar a parecer la acción más compleja y llena de movimiento que se haya visto. A si mismo, esta conceptualización, no es algo que nació sólo a partir de mi espontáneo interés sobre todos aquellos actos que implican poca movilidad, si no que, luego de buscar bases teóricas llegue a la explicación, desde el teatro y la actuación, de porqué no es necesario saltar y correr, para tener presencia en un lugar, ya sea en un espacio real y cotidiana o en el escenario de un teatro. Es así cómo lo explica Stanislaskvi: “Un pequeño acto físico adquiere un significado interno enorme: la gran lucha interior busca un escape en dicha acción externa.”(STANISLASKVI: 1963: 7)
Es desde esta perspectiva, de donde la acción se hace interesante en mi vivencia de percepción del lugar. Creo que es fundamental entender que son las circunstancias del contexto las que van determinando, que sean finalmente los actos más quietos, los cuales se roben el protagonismo en el espacio que observamos. Para dar ejemplos concretos y entender a lo que me refiero, puedo mencionar en primer lugar, que la mayoría de las personas, son adultos mayores, por lo tanto su movilidad y capacidad para responder a estímulo es menor, debido a la edad. Como segundo factor, quizás el más relevante, está la presencia del alcohol y las drogas, lo que condiciona a todas las personas del lugar a estar casi siempre en un estado, extra cotidiano, en el sentido de que se encuentran dopados, o bajo los efectos de distintas sustancias, que hacen que todas sus acciones, desde desplazarse, hasta levantar la cabeza para atender a una pregunta, sean muchos más lentos y atrofiados que los de una persona en estado normal. Y es acá donde nace la particularidad y especificidad en términos de acciones, que nuestro lugar nos ofrece a primera vista. Transformándose, para mí, en un primer estímulo, a la hora de observar, percibir, y luego llevar a cabo como trabajo actoral. Creo que es impresionante el poder que tienen, desde el punto de vista de la presencia, estos actos lentos, repetitivos, estáticos y detenidos. Que logran llamar mi atención desde el primer momento en el cual llegué al lugar, esa distención y despreocupación que a primera vista, trasmite una sensación de aburrimiento, olvido, soledad y ocio, pero que luego te permiten entender que es esa, finalmente, la dinámica del lugar y de las condiciones de vida de una persona en estos estados: indigente, sin casa, sin familia, sin trabajo, en fin, sin motivaciones, viejo, y aparte de todo esto, enfermo y en un estado infra sensorial, producto del efecto del alcohol y las drogas. Pero a pesar de todo esto , se me hace necesario explicar que sin son cuerpos vivientes, que sí respiran, que sí habitan, que sí miran, que sí se mueven, que si transitan, siempre desde un estado casi inmóvil, pero si existen y están presentes, quizás sea por esa especie de actividad interna, que posee toda persona, que logran trasmitir un espíritu de vida y existencia que no pasa desapercibido bajo ningún punto de vista, como por ejemplo una anciana, que vi en alguna oportunidad que se encontraba sentada en un sillón, mirando el suelo, sin un foco, con el cuerpo totalmente entregado y no moviendo ni un sólo músculo. Pero esta anciana, mediante esta simple acción, la acción de solamente estar presente y habitar un espacio y un tiempo, me trasmitió que ella sí era parte de la acción total del lugar, que sí era capaz, desde la inmovilidad de su postura, irradiar una actitud, que nos hacia darnos cuenta de que ella si estaba accionando, si estaba presente y sí se movía internamente, y pude comprender que tal vez, era esta la acción predominante, mucho más que alguien que paso al lado mío caminando y que se movió toda la tarde.
Como conclusión, creo que queda claro, lo que significa para mí la esencia de la acción inmóvil, lo que simboliza, ese tipo de acción, su y su relevancia en el lugar de observación. Creo que a partir de esta idea se puede comenzar a analizar el cómo en el futuro, tendré que trabajar la acción para posteriormente representarla en un escenario y quizás la primera huella para comenzar esta arduo camino, esté develada en esta idea: “Es esencial comprender este principio de la vida del actor: la energía no corresponde necesariamente a movimientos en el espacio… incluso en movimientos lentos o en la inmovilidad aparente, se logrará una fuerte presencia.” (Barba; 1988: 22)
Bibliografía
1.- STANISLASKV, Constantin; Manual del actor; Editorial Diana; México D.F; 1963.
2.-BARBA, Eugneio; Anatomía del actor; Grupo Editorial Gaceta S. A de C. V.; México D.